William Harrison Ainsworth: Entre lo Gótico y lo Histórico

William Harrison Ainsworth - Witches

William Harrison Ainsworth, nacido en 1805 en Manchester, Inglaterra, fue un novelista y editor que dejó una huella significativa en la literatura del siglo XIX. Hijo de un abogado, Ainsworth inicialmente siguió los pasos de su padre, estudiando derecho entre 1822 y 1826. Sin embargo, su verdadera pasión era la escritura, y fue esta pasión la que lo llevó a una carrera literaria prolífica e influyente.

Primeros Pasos en la Literatura y Conexiones Literarias

 

Desde joven, Ainsworth comenzó a publicar obras bajo seudónimos. Su primera obra fue una pieza llamada Los Rivales en 1821, seguida por una colección de poemas al año siguiente. En 1823, lanzó Cuentos de Diciembre, una compilación de relatos cortos y artículos que había publicado anteriormente. Esta etapa inicial de su carrera literaria no solo demuestra su capacidad creativa, sino también su habilidad para explorar diferentes géneros y formas de escritura. Su carrera editorial comenzó en 1824, cuando se convirtió en editor del periódico de corta vida, El Beocio. Esta experiencia editorial temprana fue un presagio del papel duradero que Ainsworth desempeñaría en la prensa periódica a lo largo de su vida, contribuyendo significativamente a publicaciones como Bentley’s Miscellany, Ainsworth’s Magazine y The New Monthly Magazine.

 

El traslado de Ainsworth a Londres en 1824 fue un punto crucial en su carrera. La ciudad no solo amplió sus oportunidades, sino que también lo puso en contacto con algunas de las figuras literarias más influyentes de la época. Rápidamente hizo amistad con Charles Lamb, Mary Shelley y Sir Walter Scott, todos ellos escritores de gran renombre que, directa o indirectamente, influyeron en su estilo y temáticas. Su relación con Mary Shelley, autora de Frankenstein, puede haber despertado en Ainsworth un interés más profundo por lo sobrenatural y lo gótico, elementos que llegarían a marcar significativamente su obra. La relación cercana con Sir Walter Scott, un maestro del romance histórico, dejó una huella profunda en el estilo narrativo de Ainsworth, quien más tarde se destacaría en este género.

 

El Ascenso con Rookwood y la Consolidación como Novelista Histórico

 

El gran salto en la carrera de Ainsworth ocurrió en 1834 con la publicación de Rookwood, una novela que alcanzó gran popularidad. Rookwood no solo consolidó la reputación de Ainsworth como novelista, sino que también mostró su habilidad para mezclar lo gótico con lo histórico de una manera que cautivaba a los lectores. El éxito de Rookwood lo lanzó al estrellato literario y marcó el inicio de una serie de novelas históricas que lo consolidarían como una de las principales voces de la ficción victoriana.

 

Tras el éxito de Rookwood, Ainsworth se estableció como un autor prolífico de novelas históricas, muchas de las cuales contenían elementos góticos que añadían una atmósfera oscura e intrigante a sus narrativas. Sus obras más conocidas incluyen Jack Sheppard (1839), Guy Fawkes (1840), La Torre de Londres (1840), La Vieja San Pablo (1841) y El Castillo de Windsor (1842). Cada una de estas obras combinaba una investigación histórica detallada con una narrativa envolvente, a menudo intercalada con elementos sobrenaturales o sensacionalistas que cautivaban al público.

 

Al igual que su contemporáneo Charles Dickens, Ainsworth solía publicar sus novelas en formato serializado. Esta práctica era común en la época y ayudaba a mantener el interés del público a lo largo del tiempo. La serialización no solo permitía a los lectores consumir historias en entregas más manejables, sino que también creaba una anticipación continua sobre el desarrollo de las tramas. Ainsworth, al igual que Dickens, era un maestro en usar esta forma de publicación para construir suspenso y mantener a sus lectores comprometidos.

 

La Controversia de Newgate y los Desafíos de la Popularidad

 

Sin embargo, no todo fue color de rosa en la carrera de Ainsworth. Su novela Jack Sheppard generó una gran controversia debido a su representación del submundo criminal. Jack Sheppard fue vista por muchos como una glorificación del crimen, una visión que estaba en desacuerdo con las normas morales victorianas. Críticos como William Makepeace Thackeray y John Forster atacaron la obra, dando inicio a lo que se conocería como la «Controversia de Newgate». Esta polémica no solo afectó la reputación de Ainsworth, sino que también causó daños colaterales a otros autores de la época, como Dickens y Bulwer Lytton, que también exploraron temas similares en sus obras.

 

La Controversia de Newgate puso a Ainsworth bajo una luz desfavorable, con muchos críticos argumentando que sus novelas fomentaban la criminalidad al romantizar la vida de figuras del submundo. Aunque la intención de Ainsworth probablemente era más bien entretener y quizás criticar de manera sutil a la sociedad, el público victoriano estaba dividido sobre los méritos de tales narrativas. La controversia reflejaba una tensión más amplia en la sociedad victoriana entre el deseo de moralidad y la atracción por historias sensacionalistas que exploraban los límites de la decencia.

 

El Cambio hacia lo Provincial: Las Brujas de Lancashire y Más Allá

 

En 1848, Ainsworth publicó Las Brujas de Lancashire, considerada por muchos como su última gran novela. Esta obra marcó un cambio significativo en su escritura, centrándose más en la vida provincial histórica que en los ambientes urbanos de Londres que caracterizaban sus trabajos anteriores. Las Brujas de Lancashire fue la primera de una serie de obras ambientadas en Lancashire en lugar de en la capital, y este cambio de escenario le valió el apodo de «El Novelista de Lancashire». Sin embargo, este título es algo engañoso, ya que no abarca la diversidad de temas y lugares que Ainsworth exploró a lo largo de su carrera.

 

El cambio hacia temas más provinciales puede ser visto como una respuesta a las críticas que enfrentó durante la Controversia de Newgate, así como un intento de explorar nuevas direcciones en su escritura. En Las Brujas de Lancashire, aunque el título sugiere una narrativa fuertemente gótica, Ainsworth se concentró más en las tradiciones e historias locales, ofreciendo un retrato detallado de la vida rural inglesa. A pesar de esto, elementos góticos aún permeaban sus narrativas, aunque de manera menos prominente que en sus obras anteriores.

 

Ainsworth en el Contexto Literario Victoriano

 

A pesar de su inmensa popularidad durante el período victoriano, Ainsworth ha sido relativamente ignorado en el canon gótico del siglo XXI. Esto es lamentable, ya que su estilo de escritura es vibrante y detallado, ofreciendo retratos cautivadores tanto de la vida provincial como de la Londres histórica. La habilidad de Ainsworth para mezclar lo gótico con lo histórico, creando una atmósfera rica y a menudo inquietante, es algo que lo distingue de muchos de sus contemporáneos.

 

A lo largo de su carrera, Ainsworth produjo alrededor de 39 novelas y una cantidad considerable de ficción corta, gran parte de la cual fue publicada de manera anónima. Su obra abarca diversos géneros, mezclando elementos góticos, históricos y sensacionalistas. Sin embargo, es posible que la reputación de Ainsworth como escritor de ficción histórica haya contribuido a que quedara eclipsado por autores más enfocados en temas contemporáneos, como Charles Dickens y Wilkie Collins. Además, la influencia estilística y temática de Ann Radcliffe en sus primeros trabajos puede haberlo marcado como una figura algo anacrónica para su época.

 

Ainsworth, sin embargo, no debe ser visto solo a través de las lentes de sus contemporáneos más conocidos. Él aportó algo único a la literatura victoriana, especialmente en su capacidad de capturar la imaginación del público con historias que combinaban entretenimiento y reflexión. Aunque tal vez no sea tan recordado como algunos de sus contemporáneos, Ainsworth desempeñó un papel importante en la evolución de la novela victoriana y en la popularización de temas históricos y góticos en la literatura del siglo XIX.

 

Redescubriendo el Legado de Ainsworth

 

El legado de William Harrison Ainsworth merece ser reevaluado. Su habilidad para combinar elementos góticos con narrativas históricas creó un cuerpo de trabajo único e influyente. Aunque tal vez no sea tan recordado como algunos de sus contemporáneos, Ainsworth desempeñó un papel importante en la evolución de la novela victoriana y en la popularización de temas históricos y góticos en la literatura del siglo XIX.

 

Referencias:

 

Hughes, William. Historical Dictionary of Gothic Literature. Lanham, MD: Scarecrow Press, 2013.

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Diego Quadros

Diego Quadros es un escritor de ficción pulp, traductor, diseñador editorial y creador de historias en medios diversos.

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Diego Quadros es un escritor de ficción pulp, traductor, diseñador editorial y creador de historias en medios diversos.

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